Hoy vamos a cocinar un plato súper fácil y sencillo que, a la vez, es un tesoro nutricional, ¡prestad atención!: los protagonistas de hoy son el arroz rojo y el sésamo, que puedes encontrar habitualmente en nuestra tienda 😉
Pero antes de ponernos el delantal, permitidme que os cuente un poco acerca de las bondades de estos dos alimentos. Si bien para los occidentales el arroz rojo puede suponer una novedad o moda, en Asia se ha consumido desde antaño contradictoriamente vinculado a las clases sociales menos pudientes. Pues bien, tras el fatídico episodio de las bombas atómicas que fueron arrojadas en Nagasaki e Hiroshima, 1954, se reunió a los supervivientes en los dos hospitales disponibles en el territorio. Uno de los hospitales acogió a los afectados de clase más acomodada mientras que el otro se ocupó de los más desfavorecidos a nivel social. Obviamente, en el primero de ellos se sirvió a los convalecientes una dieta acorde a su posición, en tanto que el otro hospital más humilde no tenía más que arroz rojo y sésamo para alimentar a sus pacientes. El resultado llegó al cabo de un año más o menos: todos los afectados de un hospital murieron por efecto de la radiación de la bomba nuclear, mientras que todos los afectados del otro hospital sobrevivieron. ¿Adivináis qué pasó en cada hospital? Sí, sobrevivieron los humildes. El consumo de arroz rojo diario combinado con semillas de sésamo produjo en ellos este efecto antirradiación al que los científicos tardaron un tiempo en dar explicación.
Y ahora, ¿cómo se os queda el cuerpo? Pues, ¡ea! ¡A cocinar!
Ingredientes
(Para 2 personas)
- 2 medidas de arroz rojo (yo mido el arroz con un vasito de los de vino como referencia)
- 1 puñado de semillas de sésamo crudo, negro o blanco según prefieras (o ambos)
- 1 tomate mediano de variedad carnosa, con poco agua (el tomate rosa funciona genial para este tipo de recetas)
- ½ berenjena
- 1 guindilla pequeñita fresca
- ½ cebolla
- 1 cucharita de curry (a mí me encanta hacerlo con curry London, pero con el Madrás, que es el más fácil de encontrar en tiendas de alimentación, también queda genial)
- 1 chorrito de vinagre suave
- 1 cucharadita de miel cruda
- 2 cucharadas soperas de tamari
¿Cuánto se tarda?
40 minutos. La cocción del arroz lleva 30 minutos, si ya lo tienes cocido de otro día, con 10 minutos te va a bastar
¿Cómo se hace?
- En primer lugar, llena una cazuela con agua (2 y ½ medidas de agua por 1 medida de arroz rojo). Tápala y ponla al fuego hasta que hierva.
- Cuando rompa a hervir el agua, vierte las medidas de arroz rojo y déjalo a fuego medio sin tapar. Obsérvalo de vez en cuando para que no se quede corto de agua y, al cabo de 30 minutos prueba que esté tierno. Puedes dejarlo, si lo prefieres, 10 minutos más, pero no excedas este tiempo o quedará demasiado blando y aguado. El arroz rojo debería quedar sueltecito y al dente. Cuando termine la cocción, escúrrelo y enjuágalo un poco con agua tibia.
- Ahora prepara las verduras. Corta el tomate en cubos del tamaño de un dado más o menos y reserva. Abre la guindilla por la mitad y desecha todas las semillas, luego córtala en trocitos muy pequeños y resérvala. Pela la berenjena y córtala primero a lo largo en dos o tres partes y después a lo ancho en láminas. Finalmente, pica la cebolla o déjala si prefieres en rodajas.
- Calienta un poquito de aceite en una sartén o wok. Puedes hacerlo con aceite de oliva virgen extra, aunque si quieres, para darle un regustillo más asiático al conjunto, te recomiendo que utilices aceite de sésamo o de cacahuete. Sofríe la cebolla con la berenjena primero, empieza a fuego fuerte y sin tapar el primer minuto para que se braseen, y luego baja el fuego y tapa para que se pochen un poco, removiendo a menudo. Te llevará muy pocos minutos. Cuando las veas que están casi casi, añade los cubos de tomate y los trocitos de guindilla y vuelve a subir el fuego.
- Sin dejar apenas de remover la verdura, echa las semillas de sésamo, el chorrito de vinagre, la cucharada de miel y el tamari y sigue removiendo. Dale unas cuantas vueltas para que todo se integre bien y, a continuación, añade al sofrito el arroz convenientemente escurrido. Sigue removiendo para que todo quede bien mezclado. Termina espolvoreando el curry y apaga el fuego.
- Y ahora, ¡a comer! Que no se enfríe.
Si el arroz rojo te resulta un poco seco, puedes aderezarlo con salsa tailandesa, por ejemplo, o con cualquier condimento que te resulte jugoso, aunque precisamente la compañía de las verduras es lo que equilibra su sequedad. Yo creo que no le hará falta.
Si dejas arroz rojo cocido en la nevera listo para su uso, podrás hacer este y otro platos parecidos en muy poco tiempo. ¡Ah! Y no te olvides de añadir el sésamo, que es la otra cara de la moneda de este superplato.
¡Que os aproveche!