Magdalenas de espelta caseras

En Europa no hay hogar donde no se conozca este dulce: de origen francés aunque completamente arraigado en España, la encontramos de diferentes formas. La alargada valenciana, la redonda en Castilla y con forma de concha la francesa, aunque también las he visto así en tierras andaluzas. Para mí una magdalena es mucho más que eso: para mí es un pastel de cumpleaños.

Y es que, cuando era pequeña, me sabía a poco que mi cumpleaños fuera solamente una vez al año (claro, por eso es un cumpleaños…). No me preguntéis cómo saqué esta conclusión. Seguramente se me hacía muy larga la espera entre una celebración y la siguiente. El caso es que mi yaya Ana, para aliviar mi frustración, me preparaba un pastel de cumpleaños el día que hiciera falta: cogía una magdalena, la rellenaba con una cucharada de miel y le clavaba encima una cerilla. Entonces yo soplaba la socorrida vela de no-cumpleaños y se acababan todos mis problemas. Pues venga, ¡que empiece la fiesta!

Yo os propongo una receta casera, eco y bastante saludable para tratarse de un dulce: y los protagonistas de hoy son las harinas de espelta, antiguos trigos de alto valor nutricional y pureza, que puedes encontrar habitualmente en nuestra tienda 😉

Ingredientes

(para 12 magdalenas)

  • 4 pocitos de harina blanca de espelta
  • 2 pocitos de harina integral de espelta
  • 1 y ½ pocito de azúcar integral de caña
  • Corteza de limón rallada
  • 1 cucharadita colmada de canela
  • 1 cucharadita rasa de sal marina
  • 1 sobre de levadura de repostería (16g aprox.) o una cucharadita rasa de bicarbonato
  • 1 pocito de aceite de oliva virgen extra
  • 2 pocitos de leche (vegetal o vaca, pero a ser posible que sea ECO y de proximidad)
  • 4 huevos de gallinas muy pero que muy felices

NOTA: Un pocito equivale, aproximadamente, a 100 gramos de harina. Son esos cacharritos de barro que se usan para hacer natillas artesanas. Se trata de una medida muy ágil que no falla nunca. Equivale más o menos a una taza de las de café cortado (no es la taza de repostería, ojo, que es mucho más grande, prácticamente el doble).

¿Cuánto se tarda?

40 minutos aproximadamente

¿Cómo se hace?

  1. Pon en un bol las harinas, la sal, la canela y la levadura de repostería. Ralla encima la corteza de un limón. Mézclalo todo muy bien y resérvalo.
  2. Ahora, separa las claras de las yemas en boles diferentes y reserva las primeras.
  3. Añade encima de las yemas la leche, el aceite y el azúcar y remuévelo muy bien hasta que se integren bastante.
  4. A esta mezcla viértele los ingredientes secos, es decir, el primer bol del paso 1. Intégralo todo con esmero removiendo bien hasta que quede una masa completamente homogénea y sin grumos.
  5. A continuación, echa un pellizco de sal a las claras y bátelas a punto de nieve preferiblemente con una batidora de varillas.
  6. Añade las claras a punto de nieve a la masa obtenida en el paso 4 removiendo enérgicamente para que se mezclen perfectamente todos los ingredientes.
  7. Coloca un papel para magdalena dentro de cada molde (intenta usar papel sin cloro ni blanqueantes) y rellénalo de masa dejando medio dedo de distancia entre esta y el borde del papel.
  8. Distribuye sobre una bandeja de hornear los moldes de magdalenas e introdúcelos en el horno precalentado a 250 grados a media altura. Acto seguido, baja la temperatura a 200 grados y hornea por arriba y por debajo de 15 a 20 minutos. Al cabo de este tiempo, saca las magdalenas y observarlas: si aún no están doradas, dales 5 minutos más o hasta que se doren.
  9. Cuando las magdalenas estén cocidas, déjalas enfriar antes de desmoldarlas. Guárdalas preferiblemente en una lata o en bolsa de papel a temperatura ambiente. Si las pones en bolsa de plástico, te aconsejo meterlas en el frigorífico para evitar que les salga moho. ¿Sabes una cosa? Al día siguiente de hacerlas es cuando están más buenas 😉

Puedes espolvorear las magdalenas con un poco de canela o azúcar integral de caña molida (imitando el azúcar glass). Además, según la temporada, puedes sustituir la harina integral de espelta por otra de frutos secos, como por ejemplo almendra cruda molida (proporción 3 espelta blanca/ 3 almendra) o harina de castañas (proporción 4 espelta blanca/ 2 castaña). El resultado es sensacional a la vez que nutritivo. Una sola de estas magdalenas nos sacia y nos provee de un montón de nutrientes para comenzar bien el día.

A partir de ahora no habrá excusas para volver a comprar magdalenas industriales. Háztelas tú mismo y te prometo que será toda una fiesta.

¡Que os aproveche!

2 comentarios en “Magdalenas de espelta caseras”

  1. que ricoo! me gusta la opción del bicarbonato, para los alérgicos y/o con la histamina por las nubes. Gracias! Una pregunta, sirve Como levadura? O hay alone sustituto para el pan, por ejemplo? Porfa! No te olvides, tortitas de yuca! O pan! mil Gracias!!!! bss y bendiciones.

    1. ¡Hola Lili! Pues siento decirte que el bicarbonato no te va a funcionar con masa de pan y menos aún si usas cereal sin gluten. Vas a necesitar levadura panadera o hacer tu propia masa madre sin gluten (yo he hecho una con harina de arroz integral y ha salido de fábula). Con cualquiera de ambas opciones te sale pan seguro.
      La buena noticia es que para elaborar panes sin gluten hay muchos otros ingredientes que se comportan muy bien en panificación, como por ejemplo el psyllium. Yo estoy experimentando y me están saliendo panes de trigo sarraceno (0% gluten) bastante buenos. Quiero colgar alguna receta de estos, aunque si quieres puedes pasarte por la tienda y te asesoro encantada 🙂
      Y las tortitas de yuca las tengo en pendientes, no me olvido 😉 A ver si esta semana hago y aprovecho para ir subiendo la receta.
      Cualquier cosita me preguntas.
      Abrazos desde el Zeppelin 🙂

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